REVISTA CHILENA DE TERAPIA OCUPACIONAL [ Nº 7, noviembre 2007 ]
Escuela de Terapia ocupacional / Facultad de Medicina - Universidad de Chile
The therapeutic use of language learning
Resumen
A través de los ojos de dos estudiantes de Terapia Ocupacional durante una beca Erasmus llevada a cabo en un psiquiátrico en Bélgica, se realiza un análisis de la actividad: “aprender un idioma” como parte de la terapia de pacientes en el área de la salud mental.
Se ponen de manifiesto todos los aspectos que se pueden trabajar (habilidades cognitivas, relaciones interpersonales y sociabilidad, comunicación, autoestima, función ocupacional y la incidencia de las alucinaciones auditivas), y cómo todos ellos surgen de manera natural cuando se lleva a cabo el aprendizaje de un idioma. Veremos cómo una actividad propositiva y significativa para el paciente se convierte en una actividad terapéutica.
Así pues la filosofía con la que se trabaja en St. Francisco debe adecuarse a estas características. Por ello la unidad queda abierta a los pacientes durante todo el día y ofrece multitud de actividades ocupacionales, siendo la persona la que decide CÓMO, CUÁNDO Y QUÉ quiere realizar en Terapia Ocupacional. Los cuatro pilares básicos de nuestra rehabilitación nos acercan a que es necesaria la medicación, estructura del día fijada, una persona designada en la que él pueda confiar y con la que pueda contar (enfermera individual) y el apoyo de la familia[5]. El rol del terapeuta es guiar y motivar al paciente en estas decisiones, negociando con él y proporcionándole un ambiente con niveles de estrés y ansiedad que le resulten soportables a la vez que estimuladores. No podemos hablar de un tratamiento en el sentido estricto de la palabra, es decir, prescrito por el terapeuta, puesto que es el paciente el que elige su propio tratamiento. Será siempre bajo supervisión del terapeuta, tratando de lograr la máxima independencia y autonomía posibles, aprendiendo a convivir con los síntomas residuales de su enfermedad. Este será el objetivo principal planteado inicialmente dentro de la clínica, que en un futuro y si es posible, será llevado a cabo en sociedad. Basándonos en las características anteriormente expuestas del paciente crónico y siguiendo estas pautas de actuación, fue como desarrollamos las clases de español. Luc Vercruysse, Terapeuta Ocupacional de St Jozef, sabía que varios pacientes estaban interesados en aprender español u otros idiomas tras utilizar diversas escalas como el “Interest Checklist” y “OPHI-II” pertenecientes al Modelo de Ocupación Humana .Así que con nuestra llegada se valoró la posibilidad de realizar un curso de español: “¿Qué mejor actividad terapéutica que la enseñanza de nuestro propio idioma?” Decidimos fijar 2 días a la semana para dar las clases. Uno por la mañana y otro por la tarde en dónde se repetiría la misma lección, siendo flexibles con aquellos pacientes que debido a los efectos secundarios de los fármacos u otras causas no podían acudir por la mañana. Con la misma finalidad se les daba la opción de un descanso en la mitad de los 60 minutos que duraba la clase. También podían abandonarla si por motivos de estrés, ansiedad u otros, no se encontraban bien, siendo posible volver cuando estuvieran animados y dispuestos a seguir aprendiendo. Una de las cosas fundamentales en la vida de estas personas es proporcionarles orden y estructura. Un entorno estructurado favorece un ambiente relajado en el que la persona se maneja sin experimentar estrés y ansiedad, por ello las partes de las que constaban las clases siempre eran las mismas y seguían un mismo orden: 1- Buenos días
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